martes, 28 de septiembre de 2010

traductor en huelga

Una Huelga General es un acontecimiento de extrema importancia en la vida de un país y puede tener muchas lecturas. Se puede hacer huelga para mostrar tu desacuerdo con el gobierno, con el sistema, con una ley, con las empresas, con los jefes, con el estado de la cuestión… Todos son motivos válidos y suficientes que yo apoyo. Pero yo no hago huelga por eso.

Yo me pongo en huelga para saber empíricamente que si los trabajadores paramos, aquí no gana un duro ni dios. Ni nosotros, ni ellos. Yo hago huelga porque si hoy se queda en casa suficiente gente, si se paraliza la actividad industrial y mercantil del país, todos los trabajadores podremos ver con nuestros ojos que el sistema funciona porque nosotros funcionamos. Y que tenemos poder de decisión. Si hacemos ruido o si lo dejamos de hacer, desde arriba están atentos.

Los trabajadores que ven con buenos ojos la lógica neoliberal irán a trabajar, ellos seguro que nunca se quejan. Los pusilámines que tengan miedo a las represalias irán a trabajar, solo saben quejarse. El resto, haremos bien en no trabajar y no comprar nada hoy, así veremos la fuerza que tiene la clase trabajadora, esa que dicen que ya no existe.

Pego varios enlaces relacionados con la huelga:

Aquí una declaración firmada por muchos sindicatos pequeños.

Aquí el periódico de la CGT.

Aquí un artículo de Vincenç Navarro publicado en Público.

Aquí un artículo de Almudena Grandes publicado en El País.

Aquí un artículo de Juan Manuel Aragües leído en el blog de la editorial Icaria.

Aquí un análisis sobre la Reforma Laboral hecho por Diagonal.

domingo, 26 de septiembre de 2010

nuevos rumbos

Todo lo que empieza, acaba. Todo viaje llega a su fin. Ushuaia ha sido una mezcla de viajar y de estar. Vivir durante varios meses en un lugar que no es el tuyo está a medio camino entre el viaje y el hogar, incluso para los que somos más nómades que sedentarios. Los hogares son los viajes. Se deshacen y reaparecen de nuevo, los hogares.

Ya queda poco para emprender el camino de nuevo y no puedo dejar de mirar este hogar con ojos fotográficos, quiero mantener sus rincones y sus sensaciones para abrigarme en sus imágenes cuando tenga frío. La cámara ayuda a retener imágenes, no hay duda, por eso este sábado he fotografiado detalles de casa: la guitarra que tanto me ha acompañado, la cama con las mejores vistas del mundo, el florido cubo de basura o la compostera casera de Ara.

Hay quien tiene perros o gatos, Ara suele preferir las lombrices como animales de compañía. Son más útiles y menos lameculos. Las lombrices van a su aire, están felices escarbando en la tierra comiéndose los restos orgánicos que les vas echando y transformándolos en tierra fértil. Convertir los residuos en algo útil hace feliz a Ara. Yo, que los gusanitos y sus olores me dan más bien asquito, al final me encariño de las composteras, que se pasan el día a mi lado mientras traduzco, y acabo echándoles fotos y deseándoles a las lombrices feliz camino.

Todo acaba y esta semana llega mi amigo Mamé y su compañera, lo que indica el principio de un nuevo viaje. El plan en un principio era estar en Ushuaia y luego viajar por el continente y hacer parte del viaje con Mamé. Pero es sabido que los planes solo están para cambiarlos. Ara se ha enganchado totalmente con el proyecto de las escuelitas experimentales y se queda a acabar el curso hasta diciembre. Mamé, mientras, se ha enamorado y viene acompañado de Laura. Así que Mamé y Laura llegarán está semana, pasarán unos días aquí, disfrutaremos de lo lindo enseñándoles nuestro pueblecito del sur del sur, y luego continuarán viaje hasta el norte. El 17 de octubre yo vuelo hacia Bolivia y allí me encontraré con ellos. Pasaremos los 3 un mes de viaje y a mitad de noviembre me vuelvo a España. Se casa mi amigo Raúl, que es más que mi amigo, es mi hermano pequeño, así que no puede haber mejor motivo para volver a casa de mamá Mariví, al hogar de los hogares.

Se queda aquí la amiga Ara, que no me hace falta fotografiarla para llevarla conmigo, es lo que tiene el amor. Es triste separase un par de meses de la persona que amas, pero también es enriquecedor y un reto para el individuo y para la pareja. Frente a la tristeza de la separación, gana la alegría de las nuevas vivencias que se tendrán por separado, de las vivencias acumuladas que empezarás a compartir a partir del día en que te vuelvas a ver y compartir sonrisas y abrazos, proyectos y hogares como este.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Bibliotecas. Oda y adiós.

Mi primer recuerdo de una biblioteca supera con creces en entusiasmo a la primera vez que pisé el Camp Nou, y aseguro que cuando Alfonso Fons me invitó a ese campo mítico, siendo ya mayorcitos y habiendo compartido muchos años de afición blaugrana, sentí una embriaguez alarmante.

La biblioteca municipal de la Part-Dieu de Lyon no me impresionó por la calidad de su fondo de archivo -en 1986 yo sólo tenía diez añitos y no hablaba ni una palabra de francés- sino por su enormidad, sus grandes ventanales, sus numerosas plantas, sus infinitos libros, revistas… ¡cómics, discos, vídeos… incluso televisores para ver las películas! Qué no ocurriría por la mente de un niño que pasa directamente de la biblioteca de un colegio de pueblo a pasear por ese inabarcable parque temático de la cultura. Además, esa biblioteca abierta, luminosa, llena de vida, estaba situada al final de un centro comercial grandioso, colorido, infinito. Uno no dejaba de maravillarse de que hubiera tantas tiendas juntas, tan divertidas, cuando al final de ese circo llegaba de la mano de sus padres a la ciudad de los libros.

Desde entonces, lo primero que hago al instalarme en una ciudad nueva es sacarme el carné de una o varias bibliotecas, aunque no siempre las visite luego. A mi primera biblioteca nunca he vuelto, es la del colegio León Solá de Melilla, del que mi padre, Luis España, maestro, era director en la época. No pocos sábados o domingos tenía que aligerar trabajo y me llevaba a su colegio, un lugar enorme que yo sólo conocía cuando no había clases. Bajábamos del coche, yo saludaba tímidamente al conserje y mi padre me solía dejar en la biblioteca mientras trabajaba en su despacho. Allí leí todos los Tintin y todos los Asterix, allí mataba el tiempo mirando los lomos de los libros o maltratando una vieja máquina de escribir que había al fondo, junto a la ventana, pulsando incesantemente las teclas para escuchar su ruido. Me encantaba estar en esa biblioteca y deambular por los pasillos vacíos de un colegio que sólo conocía cuando estaba vacío, era mi castillo.

Todavía en Melilla, me aficioné a leer por culpa de mi hermano que conseguía que nuestro yayo, Manuel España, tendero, le trajera todas las semanas el Don Miki y así pasásemos horas con el Tio Gilito, Chip y Chop, los Apandadores, Patomás, los Jóvenes Castores,... Así me aficioné a leer, con los Don Miki, los TBO, los Super Húmor. Pero cuando realmente me mordió la literatura, dejándome un virus que ya siempre seguiría conmigo, fue ese año de 1986 en que nos trasladamos a Lyon y conocí su biblioteca. Durante los primeros meses de nuestra estancia no teníamos televisor y pasamos muchas horas jugando o leyendo los cuatro en el salón. Mi yayo, igual que antes hiciera con el Don Miki para sus nietos, ahora le mandaba a su hijo El País una vez por semana, rigurosamente, y así seguían mis padres informados de los asuntos de España. Mis recuerdos dicen que en uno de esos envíos llegaron libros, entre ellos La Historia Interminable de Michael Ende. Esa debió ser la primera vez que tuve un orgasmo, un dilatado orgasmo intelectual mientras leía las historias de Bastián en el reino de Fantasia, en esa edición de Alfaguara a dos colores. Gracias a Michael Ende –y luego aprendí que gracias, en gran parte, a Miguel Sáenz, su excelente traductor– empecé una relación con la literatura que, con sus más y sus menos, sigue madurando. Desde entonces siempre busco La Historia Interminable en una biblioteca nueva, si está, me saco el carné.

Melilla tuvo después una más que digna biblioteca, Circleville carecía de ella, Granada las tenía de todos los colores, la de Berck era escolar, en Córdoba pasé tantas horas en su biblioteca municipal como en los bares, en Madrid ganaron de calle los bares, y en Sevilla, con una más que agradable biblioteca municipal y algunas pequeñas bibliotecas de barrio, me quedé con los carnés y las primeras visitas y salieron ganando los bares y las librerías en las que fui engordando mis estanterías.

Este año en Ushuaia he vuelto a pasar muchas horas en la modesta Biblioteca Popular Sarmiento, con un espacio muy limitado pero con grandes maravillas en su haber. Y en su honor y en la de todas las bibliotecas escribo esto. Y lo escribo como despedida, porque dejo los libros y me paso al mundo moderno. Hace un tiempo unos amigos me enseñaron un genial invento fruto de la más avanzada tecnología. Adiós bibliotecas, hasta aquí hemos llegado, os abandono por este tremendo invento:

sábado, 11 de septiembre de 2010

arroz con leche

Los días son cada vez más largos, pronto llegará la primavera. El sol ya pega en nuestra colina tras varios meses de umbría y las lengas están a punto de despertar, los brotes verdes asoman, aquí sí... La última nevada sigue dominando el paisaje y tres días de sol ininterrumpido han hecho de esta, una semana para enmarcar.

Ushuaia sigue ofreciendo actividades asombrosas para una ciudad de su tamaño. El fin de semana pasado tuvimos una mañana de cuentacuentos en la librería del centro. El miércoles pudimos asistir a una charla con el director de la revista Barcelona, un quincenal satírico en forma de diario que es sin duda lo mejor que he leído en ningún país en este tipo de periodismo. No dejan títere con cabeza, leen la realidad con total nítidez. También tienen una hora de radio semanal, que cuelgan en la web y que merece la pena escuchar si quieres saber cómo van los tiros en la política de este país. Durante este fin de semana se está celebrando un festival internacional de teatro, ya hemos podido ver varias obras interesantes, en especial un espectáculo mágico de títeres con el cuerpo que te hace preguntarte si en realidad cada parte de tu cuerpo no tendrá vida propia. Algunas fotos en su blog. Es estos meses ya hemos tenido aquí festivales internacionales de cine, de literatura, de jazz, de música clásica, de teatro,... (¡Y mañana actúa Fidel Nadal, uno de los grandes del reggae en este país!)

Ushuaia es mucho más que nieve, aunque la nieve sea la mágica aglutinadora de los meses de invierno. El viernes fui a hacer esquí alpino, maravilloso día soleado. Era la primera vez que esquiaba fuera de Sierra Nevada, y la experiencia no pudo ser más divertida. Llevaba años sin esquiar, pero la vecina Sabri me llevó por toda la estación y me esperaba pacientemente mientras yo me tomaba mi tiempo haciendo largas eses para no correr demasiado. Sin duda ya estoy mayor, la prudencia le gana a la velocidad. Conseguí no caerme en todo el día y disfruté de lo lindo del paisaje desde lo más alto de las montañas. Hoy sábado también ha habido nieve, hemos ido con unos compañeros de Ara a hacer una travesía por el valle nevado, con raquetas de nieve en los pies y muchas ganas de caminar. La grandiosidad de los paisajes nevados pueden con el frío, que tampoco es tanto como pueda parecer.

No tengo fotos de nada porque cuesta llevar siempre el camarón encima. Pero al tenerlo en casa, ¡os puedo enseñar las fotos de la hornada de pan de esta semana y de mi primer arroz con leche, recién salido de la cocina! Mmmm, rico, rico...

domingo, 5 de septiembre de 2010

septiembre nevado

...domingo por la mañana y esto vemos al mirar de frente desde la cama...
...y esto al mirar a la derecha...

...así están los árboles del jardín...

...y los dueños del barrio buscando sus marcas de territorio...

¡Y aunque a veces se eche de menos la playa y el sol, cuando te despiertas un domingo así no lo cambiarías por ninguna playa del mundo! ¡Nos vamos a la calle a buscar trineos!

-o-o-o-o-o-
Actualización: he colgado más fotos de la nevada AQUÍ

viernes, 3 de septiembre de 2010