lunes, 13 de junio de 2011

Roberto de Tabletom


Se ha muerto Roberto, líder de Tabletom, la mejor banda de rock que haya dado Málaga y una de las mejores bandas que jamás ha existido en la escena rock nacional.

Tabletom-El Vampiro

Ayer, 12 de junio de 2011, los amantes de Tabletom nos quedamos huérfanos. Roberto González, Rockberto, después de 60 intensos años de vida auténtica dedicada a la música, tras más de 30 años liderando a los inimitables Tabletom, se ha ido con la música a otra parte. Ya lo decía en su ‘Cazuela de Rock’: ‘…te va a matar el rockandroll…’ y así ha aguantado este gran personaje, sesenta años de vida regalándonos canciones, filosofía, trozos de vida sin maquillar.

Alcohólico, fumeta, vicioso, vividor, pero sobre todo persona, ciudadano, pueblo, gente llana. En sus letras siempre le ha cantado a las cosas sencillas, siempre ha sido humilde, siempre ha vivido y cantado para su Málaga querida.



Acompañado de los hermanos Ramírez, Perico y Pepillo, dos musicazos que han ido creciendo con los años, Roberto significaba la verdad, la pureza, la música por encima de todo el teatro de la vida. El poeta Juan Miguel González pone muchas de las letras, y el trío mágico hace el resto. Desde el Mezclalina, su primer disco del 1979 (en el que probablemente se encuentre el primer reggae que se grabara en España) hasta hoy en día, el rock jazzístico con aromas flamencos de Tabletom siempre ha sido elegante.



En una época en la que todo está prefabricado, la imagen desaliñada de Roberto perdido encima del escenario, disfrutando del amor que le daba la gente, enganchándose a las canciones cuando le venía en gana, siempre a tempo, reinventando las letras, soltando sus abruptos quejidos ‘ajaaaaaareeee’, abrazándose a sus compañeros de grupo, ido, iluminado, divino, porque hace tiempo que andaba ya por encima de los mortales, esa imagen refleja el gran caos que significa la libertad.

Tengo la suerte de que algunos de mis grandes amigos han compartido ratitos con él. Paco y Sergio han podido disfrutarle en algunos bares de Madrid rodeado de los suyos, disfrutando de sus píldoras de sabiduría. Mi amigo Antonio, que es poli allí en Mijas donde vivía Roberto, se paraba a menudo a charlar con él, comentando los últimos conciertos, disfrutando del sol malagueño.



Roberto ha sido además el único gran artista que hace referencia a mi pueblo, '…como llueve en Melilla y hace frío...' dice en ‘Algo así como un Tango’, canción melancólica que te acaricia el alma cuando el mundo se hace invierno, cuando reina la pena.

La razón por la que Tabletom nunca ha sido un grupo de éxito es uno de esos grandes misterios de la humanidad que siempre intentamos resolver en la barra de un bar. Ya da igual. Lo mejor que se puede hacer ante una muerte, es festejar la vida. Así que cojamos cualquier disco de Tabletom, démosle caña, reventemos los altavoces y recordemos a Roberto dándole gracias por su arte.

PD1: para ver algunas fotos pincha aquí.
PD2: casi toda su discografía por aquí.

Actualización: Me he encontrado esta entrevista a Roberto, ¡hay que verla! Dice él: 'el día que yo me muera, que me echen tres en uno... porque yo me quiero ir, sin hacer ruido ninguno'.

2 comentarios:

  1. Que pena de Roberto y de este grupazo tan bueno!Yo, al igual que tú, le tengo un cariño especial a la canción que nombra mi tierra, que es la tuya.

    ResponderEliminar
  2. ¡Vivaporup!

    En todos estos días en que digiero la noticia de tan triste pérdida solo he experimentado un vago sentimiento de vacío, poco perceptible.

    Sin embargo, a la lectura de esta entrada, querido hermano, se me han saltado las lágrimas. Me he visto casi obligado a hacer un repaso en fotogramas desde que, allá por el otoño del año 94 en un oscuro bajo de la calle Elvira alguien pusiera un disco que me resultó de lo más peculiar: el Inoxidable, con mayúsculas.

    Desde entonces mi relación con el mundo tabletoniano fue creciendo gracias a conciertos, aportaciones de nuestro gran robertiano Sergio que comentas en el post, encuentros, escuchas con o sin gente.

    Para quienes no me conocen baste decir que el día de mi boda se pudo escuchar en el guateque "El reggae del amor" cuando hacían aparición los novios. Luego me enteré de que había alguno que se planteó traer a tan magnánime grupo para la ocasión. Snif snif.

    Roberto representa para mí mucho. Lo grande y lo chico. Ese caos que dices, que me reconforta.

    Roberto, grande, ocupa incluso un lugar en mi corazón.

    Guajaaaaaa-de

    ResponderEliminar