jueves, 25 de noviembre de 2010

vuelta al pueblo

...y volví a casa y lo puedo demostrar, porque el bebé Aranda y el bebé Cabello son ya dos personajillos increíbles convertidos en Unaï y Elena...


...porque Mamá Mariví vino a recogerme con el gran Darío y nos fuimos del aeropuerto a tomarnos un té con churros...


...porque la bebé Luna ya camina y mira muy curiosa a su tito el calvorota...


...y porque los novios ya no son novios sino que son marido y mujer, y nos regalaron un bodorrio inolvidable, ¡vivan los novios!...


...y mañana sigo viaje camino de Sevilla, ¡allá voy!

jueves, 11 de noviembre de 2010

hora del sur

Si me gustó pasar solo las dos primeras semanas de este viaje a Bolivia, mucho más me ha gustado viajar acompañado de Mamé y Laura. Muchas gracias por todo, amigos. Anteayer los dejé en La Paz camino de Potosí, yo me dirigí a Santa Cruz, al hostal del tucán Simón que sigue queriéndose comer mi cuaderno y mi teclado. Mañana pongo rumbo de vuelta a España tras diez meses fuera.

Tiempo de retorno, tiempo de reflexión. Tenía 3 grandes objetivos antes de empezar este viaje: descansar y estar conmigo, ver cómo me iba conviviendo a tiempo completo con Ara, viajar y conocer el continente. Los 3 objetivos se han cumplido con creces: los primeros cuatro meses fueron de descanso absoluto e introspección; la vida junto a Ara se hace de colores, avanzo y aprendo a su lado, me ilusiona el futuro caminando de su mano, el amor crece sin parar y quiero seguir a su lado hasta el infinito; he conocido Argentina y Bolivia con cierta profundidad, además de pasar unos días en el sur de Chile y en Uruguay, me voy más que satisfecho de este primer viaje al sur de América, la próxima vez habrá que empezar en México y llegar hasta Venezuela atravesando todo Centroamérica.

Además, a nivel profesional he alcanzado el súmmum que siempre había soñado. Muchos años de ilusiones, esfuerzos, caminos, riesgos. Mucha tecla y mucha pantalla, muchas ganas de llegar a desligarme físicamente de una ubicación en concreto y poder mudarme a mi antojo por el mundo con la sola necesidad de mi PC, una conexión a internet y un lugar tranquilo donde concentrarme. Cuando acabe el 2010 habré trabajado 9 meses, los otros 3 han sido íntegros de vacaciones. Virgencita, virgencita, que me quede como estoy, ya no aspiro a seguir creciendo profesionalmente, ahora toca recoger. Nada de esto hubiera sido posible sin el apoyo y la compañía del hermano Paco, compañero de sueños y de fatigas.

Hora del Sur no se acaba aquí, esto empezó sin saber muy bien para qué y el blog en sí mismo ha ido cobrando vida y siendo un compañero más del viaje, un viaje que todavía no ha acabado ya que no sé qué va a pasar en los próximos meses. Por ahora no tengo casa, mis cosas seguirán repartidas en casa de los amigos y el bloque de los maestros será mi próxima oficina, al menos hasta después de navidades.

Gracias a todxs lxs que habéis pasado por aquí, especialmente a quienes habéis comentado con regularidad, ya que cada comentario me hacía sentir acompañado, gracias Fons, Kris, Sara, María, Ara, Mónica... Y gracias a Andrés que aunque nunca haya comentado, sé que ha estado ahí siempre apoyando con ilusión y haciendo el trabajo sucio de imprimir cada post y pasárselo a mi madre. ¡Mami, el lunes estoy allí!

¡Muchos besos y mucho power!

lunes, 8 de noviembre de 2010

Coroico

Me siento ante el ordenador en La Paz y leo con dolor en el periódico que El Aaiún está ardiendo y que Marruecos está reprimiendo duramente a la población saharaui. El Sáhara Occidental estuvo ocupado por España durante 40 años y luego fue abandonado a su suerte en manos de Marruecos. Si es condenable por imperialista y criminal la política de Marruecos, es patética y vergonzosa la actitud de los sucesivos gobiernos españoles y la pasividad del actual, que han jugado políticamente con la suerte de cientos de miles de personas, aquellas que ahora vuelven a ser duramente reprimidas por la dictadura islámica amiga de occidente. Distintas varas de medir la suerte de los pueblos del mundo, los saharauis siempre aplastados con la complicidad activa de nuestro gobierno que podría hacer mucho para ayudar a miles de personas.

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Hemos vuelto hoy a La Paz después de cuatro noches en Coroico, lugar donde se acabó el viaje y empezaron las vacaciones. Al fin y al cabo viajar también cansa y mis compis, el Nene y la Nena, llevaban a sus espaldas más de 8.000 km en cinco semanas, así que en Coroico paramos en un hotelito encantador situado a las faldas de la montaña, con vistas al infinito, y nos dedicamos a descansar durante cuatro días.

Para llegar a Coroico nos decidimos a bajar en bici por la famosa Carretera de la Muerte. Estuvimos a punto de no hacerlo porque es muy guiri y porque valía sus 30 euritos, y sin embargo ha sido una de las mejores experiencias de este viaje. Se trata de una antigua carretera que hasta hace 3 años era usada por el tráfico normal de coches, camiones y buses. Una puta locura. Es una carril de tierra y piedras labrado en la roca, una carretera sinuosa, muy estrecha, llena de curvas cerradas que asoman a un precipicio de unos 800 metros. Una locura para hacerlo con trafico fluido, un gustazo para hacerlo en bici. Ascendimos hasta 4.700 metros en furgoneta y a partir de ahí bajamos unos 20 minutos por la nueva carretera asfaltada y luego unas 3 horas por la famosa carretera hasta llegar a los mil y poco metros de Coroico. Vistas maravillosas, verde increíble a partir de cierta altura, bosque selvático, cóndores, velocidad cuando se podía, una gran experiencia al lado del amigo Mamé.

Llegamos a Coroico que es un pueblito tranquilo en mitad de los enormes montes boscosos, zona de cocaleros y de agricultores, además de un pueblo turístico importante que queda de paso a la zona de selva del este de Bolivia. El paisaje se denomina 'yungas' y es una zona preselvática. Nos pillamos un hotelito maravilloso con una terraza espectacular y con piscina, todo por 6 euritos cada uno, donde descansamos de lo lindo dedicándonos a jugar al Boggle, comer, beber, pasear y charlar con quien nos encontrábamos. ¡Y teníamos a una pareja de cóndores anidando en el árbol de al lado!

La primera noche coincidió con el día de todos los santos y estuvimos de fiesta en las puertas del cementerio. Ellos piensan que esa noche vienen los muertos de visita, así que a las puertas del cementerio montan una especie de romería, llenan todo de casetas y se dedican a beber y comer como locos. Allí estuvimos hasta altas horas de la madrugada bebiendo y charlando con todo el mundo, en un ambiente que cada vez se iba poniendo más decadente, pero que no dejaba de ser totalmente genuino. Aguantamos el embite y encontramos el camino de regreso a casa.

También hicimos una caminata de varias horas hasta llegar al río que baña el valle, alucinando con todo tipo de vegetación y aves de todos colores, hasta llegar a unas pozas hermosas en las que nos bañamos y retomamos fuerza. Nada más pisar el río me caí con toda la ropa y la mochila al agua, todo empapado bajo la risa de mis compis, risa que fue vengada luego cuando yo descansaba en una roca y veo llegar a toda una familia boliviana justo hasta el lugar donde el Nene y la Nena tenían la ropa, que no tuvieron más remedio que salir del agua en peloticas bajo un clima de risa de toda la familia que les señalaban con el dedo.

¡Seguiremos informando que me están esperando mis compis para cenar!

miércoles, 3 de noviembre de 2010

La Paz y el Lago Titicaca


La enorme ciudad de La Paz nos mostró sus muchas caras en los tres días que pasamos aquí. Una ciudad-mercado, un centro enorme lleno de todo tipo de gentes vendiendo y comprando de todo, rascacielos mezclados con barrios muy humildes.

Subimos hasta la parte más alta de la ladera, a la población de El Alto que ahora está integrada con La Paz, y bajamos andando haciendo un inmenso esfuerzo por esas cuestas empinadísimas. Recorrimos el inmenso centro en sábado, vimos muchas bodas, novios paseando detrás de los fotógrafos, nos colamos en un colegio que celebraba un día de bailes regionales, recorrimos y exploramos y acabamos la noche en una garito de adolescentes bailando a Metallica hasta el fin de nuestras fuerzas.


Nos mudamos al mítico lago Titicaca, cuna de civilizaciones milenarias, luego conquistado por los Incas y luego por los europeos. Mis dos compis empezaron a sufrir del estómago así que hemos descansado al borde de ese lago que parece un mar, disfrutando del calorcito primaveral y comiendo truchas cuando los estómagos han mejorado. Ahora estamos de nuevo en La Paz y mañana vamos a la zona selvática, a ver si le damos de comer a los mosquitos. Vamos a intentar bajar en bici desde los 3.700 metros de La Paz hasta los muy pocos de Coroico, atravesando la famosa Carretera de la Muerte. (mami no te preocupes, está todo organizado y vamos a hacer el guiri con super equipos preparados :-)

¡Colgaremos nuevas fotos desde los Yungas si encontramos interné!