domingo, 25 de noviembre de 2012

Ni gente sin casas, ni casas sin gentes

Ayer se celebró la 1ª Jornada Andaluza por el Derecho a la Vivienda, un encuentro durante todo el día en la Plaza del Pumarejo, que debía finalizar con una manifestación que partía desde el Parlamento y debía llegar hasta las Setas, hogar emblemático del 15M en Sevilla.

La Jornada no se quedó, sin embargo, en un encuentro y en una manifestación, sino que hubo acciones directas y un grupo de familias que llevaban mucho tiempo en la calle y que no encuentran solución por parte de la administración, dieron un paso al frente y ocuparon un edificio vacío en la calle Lumbreras, en el centro de Sevilla: ayer nació la Corrala La Ilusión.



Fue un día de emociones intensas, de lucha vecinal, de construcción colectiva. Vivimos tiempos convulsos, de graves problemas sociales y los movimientos ciudadanos no podemos quedarnos en la asepsia intelectual y la mera visibilización de los problemas. Hay que pisar firme y conquistar espacios de poder. Esto es lo que viene haciendo muy bien el 15M al caminar al lado de la ciudadanía que ha perdido sus derechos más elementales: gente que ha perdido primero el trabajo, luego la casa, pero que se niega a perder la dignidad. Éxitos como el de la Corrala de Vecinas La Utopía estimulan el empoderamiento colectivo y visibilizan el enorme trabajo que hay detrás de afectados, activistas, simpatizantes. Horas y horas de asambleas, trabajos individuales, trabajos en común, pocas horas de sueño, frustaciones, impotencias, búsquedas de soluciones, fe en la fuerza de lo colectivo.

En el recorrido de la manifestación hubo una acción sorpresa y se ocupó un edificio vacío en la calle Lumbreras, al lado de la comisaría de la Alameda. Es un edificio de nueva construcción vacío desde hace al menos un año, propiedad de una inmobiliaria. Hay miles de casas así en todo el país. Casas construidas con créditos bancarios de entidades que se han venido abajo y a las que ha venido a salvar el Gobierno con el dinero de todos.

Casas que no se venden,  precios que no bajan, gente viviendo en la calle, instituciones inmóviles que no reaccionan. El pueblo sí reacciona. La gente se mueve, aunque muchos no lo quieran ver. Aunque se siga escuchando mucho en la calle eso de 'es que nadie hace nada'. No, perdón, mucha gente hace mucho, quizá no lo veas, no te lo enseñen o no lo quieras ver.

Yo escribo este blog para que mi madre vea el mundo en el que me muevo, tenga retazos de mi día a día. Por eso es importante recalcar aquí algo para que a mi madre, a mis abuelos -luchadores del día a día, el pueblo, la clase trabajadora que recibe la información de los medios de comunicación tradicionales- les quede claro: nadie va a entrar en tu casa, se entra en casas vacías que pertenecen a bancos o inmobiliarias. Y se pide pagar un alquiler social, no vivir de gorra. Se pide estudiar cada caso y aportar soluciones individuales para que las familias no queden totalmente marginadas, mientras, quienes aún podemos pagar nuestro alquiler, los vemos caer desde la barra del bar.



Y ya me he alargado demasiado. Pensaba hablar de la brutal carga policial que hubo ayer cuando la policía empezó a llegar a la calle Lumbreras e intentó no se sabe muy bien qué. Presencié, de primera mano, como llegó un grupo de 5/6 policías nacionales en fila india que quiso entrar en mitad del barullo de gente que estábamos rodeando la casa. Al no poder entrar en medio de una masa (todavía no hemos conseguido ser volátiles) empujaron a un hombre mayor que estaba a mi lado, que intentó defenderse para no caer, fuimos en su ayuda, y enseguida sacaron las porras y fue un caos. Un caos muy gordo.

Pasé miedo, me cagué, las porras volaron a centímetros, gritos, empujones, peticiones de calma, manos arriba, resistencia pasiva. Se llevaron detenido y golpeado a ese señor y tras unos minutos de mucha tensión, la policía se empezó a retirar. Gritábamos 'no tenemos miedo' aunque seguro que la mayoría lo teníamos, pero resistimos, nos calmamos, nos quedamos defendiendo ese espacio que era nuestro. La gente fue muy valiente, hoy me siento feliz y orgulloso de todos ellos, aunque no conozca personalmente a la gran mayoría. Y esos policías inmorales, brutos, ineptos y poco profesionales, ya los he borrado de mi cabeza, me niego a perder mi energía. ¿Para qué intentáis entrar en una masa de gente así, cabrones? ¿Sois muy tontos, muy sádicos? Encima detuvistéis a una periodista de la Sexta. Sois muy tontos, que os den. Y que el juez libere pronto y sin cargos a lxs detenidxs, que son más que inocentes, son víctimas de la brutalidad policial.

Una pequeña victoria frente a la violencia del sistema. Sienta muy bien. Cuando te están metiendo la rodilla por todas partes, aporta tranquilidad saber que otras 18 familias han conseguido darle una solución a sus problemas con el apoyo de la comunidad. Aunque sea una solución temporal. Y me siento muy orgulloso de la contribución a este éxito colectivo de mi amigo Mamé y de mi amiga Sara, parte de mi familia, que llevan meses dedicando muchas de sus horas libres a esto, regalando esfuerzos y lágrimas a este viaje vital de intentar construir un mundo mejor.

PD: AQUÍ muchas y buenas fotos que he encontrado en la web, subidas o hechas por Haze Ina


3 comentarios:

  1. Gracias... estuvo muy bien que estuviéramos junto cambiando las cosa (en lo que podemos). Mucha fuerza...

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  2. qué buen texto te has currado Chute! joder! parece que no vivo en esta ciudad, peazo trabajo esta llevando a cabo la pena, esta de putisima madre. gracias bonito...

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  3. Lo que relatas, nos lo contaron dos amigas mientras nos juntábamos esa misma tarde, unas poquitas, para preparar la pancarta para la mani del 25 de noviembre, día contra la violencia de género. Estamos en el mismo barco mi querido amigo y orgullosa de remar junto a gente tan potente!! Un abrazo. Yola

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