domingo, 26 de septiembre de 2010

nuevos rumbos

Todo lo que empieza, acaba. Todo viaje llega a su fin. Ushuaia ha sido una mezcla de viajar y de estar. Vivir durante varios meses en un lugar que no es el tuyo está a medio camino entre el viaje y el hogar, incluso para los que somos más nómades que sedentarios. Los hogares son los viajes. Se deshacen y reaparecen de nuevo, los hogares.

Ya queda poco para emprender el camino de nuevo y no puedo dejar de mirar este hogar con ojos fotográficos, quiero mantener sus rincones y sus sensaciones para abrigarme en sus imágenes cuando tenga frío. La cámara ayuda a retener imágenes, no hay duda, por eso este sábado he fotografiado detalles de casa: la guitarra que tanto me ha acompañado, la cama con las mejores vistas del mundo, el florido cubo de basura o la compostera casera de Ara.

Hay quien tiene perros o gatos, Ara suele preferir las lombrices como animales de compañía. Son más útiles y menos lameculos. Las lombrices van a su aire, están felices escarbando en la tierra comiéndose los restos orgánicos que les vas echando y transformándolos en tierra fértil. Convertir los residuos en algo útil hace feliz a Ara. Yo, que los gusanitos y sus olores me dan más bien asquito, al final me encariño de las composteras, que se pasan el día a mi lado mientras traduzco, y acabo echándoles fotos y deseándoles a las lombrices feliz camino.

Todo acaba y esta semana llega mi amigo Mamé y su compañera, lo que indica el principio de un nuevo viaje. El plan en un principio era estar en Ushuaia y luego viajar por el continente y hacer parte del viaje con Mamé. Pero es sabido que los planes solo están para cambiarlos. Ara se ha enganchado totalmente con el proyecto de las escuelitas experimentales y se queda a acabar el curso hasta diciembre. Mamé, mientras, se ha enamorado y viene acompañado de Laura. Así que Mamé y Laura llegarán está semana, pasarán unos días aquí, disfrutaremos de lo lindo enseñándoles nuestro pueblecito del sur del sur, y luego continuarán viaje hasta el norte. El 17 de octubre yo vuelo hacia Bolivia y allí me encontraré con ellos. Pasaremos los 3 un mes de viaje y a mitad de noviembre me vuelvo a España. Se casa mi amigo Raúl, que es más que mi amigo, es mi hermano pequeño, así que no puede haber mejor motivo para volver a casa de mamá Mariví, al hogar de los hogares.

Se queda aquí la amiga Ara, que no me hace falta fotografiarla para llevarla conmigo, es lo que tiene el amor. Es triste separase un par de meses de la persona que amas, pero también es enriquecedor y un reto para el individuo y para la pareja. Frente a la tristeza de la separación, gana la alegría de las nuevas vivencias que se tendrán por separado, de las vivencias acumuladas que empezarás a compartir a partir del día en que te vuelvas a ver y compartir sonrisas y abrazos, proyectos y hogares como este.

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